Los créditos hipotecarios, pueden contratarse a Interés Fijo, Interés Variable o Mixto.
En este articulo haremos referencia al tipo de Interés Fijo, que es un tipo de interés constante que se aplica al capital pendiente y durante un determinado período de tiempo que consta en Escritura Pública, nos da como consecuencia la letra que vamos a abonar durante el tiempo del préstamo. Este Interés fijo no nos da sorpresas por los aumentos de los tipos de interés, esta es la cualidad del Interés Fijo a la hora de adquirir los Préstamos hipotecarios.
La singularidad de los modelos de Interés fijos no es más que su confianza en la cuota fija que pagaremos durante la vida y duración de la hipoteca. La cuota fija tiene sus puntos positivos y sus puntos negativos. La ventaja seria que cuando el Euribor sube en tus préstamos hipotecarios, el interés fijo, al estar adquirido a un tipo fijo, este no varía, pero la desventaja es que si el Euribor de tus créditos hipotecarios a tipo fijo baja, tu cantidad no decrece por lo que ingresaras más que la media.
Un préstamo hipotecario a modelo fijo suele aplicarse a un periodo de aplicación o periodo aproximado de 15 años, esto provoca un aumento en la cuota. Normalmente los tipos de interés variables se adquieren hasta un máximo de 35 a 40 años de lo que produce el pago de un importe mucho menor. Aunque si la tendencia del mercado es a la baja y tienes contratado un préstamo hipotecario a tipo fijo siempre puedes pedir a tu entidad hipotecaria un recuento de tus obligaciones hipotecarias para mejorarlas.
En el caso de que tu oficina no las admita, la mejor opción es una subrogación hipotecaria entre entidades, su importe es ínfimo y sus resultados óptimos dependen del tipo de interés.
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